La jornada de entrenamiento que realizaba Chris Froome en las carreteras del sur de Francia terminó en tragedia. El reconocido ciclista británico, ganador de múltiples títulos en las Grandes Vueltas, fue atropellado por un automóvil en Saint-Raphaël, lo que obligó a su traslado inmediato a un hospital de Toulon en helicóptero. El impacto dejó secuelas físicas importantes que han encendido las alarmas en el mundo del ciclismo.
Lea también: INEOS reveló sus errores con Egan en la etapa 5 de la Vuelta a España
En medio de la incertidumbre, el equipo Israel–Premier Tech confirmó que su corredor se encuentra en condición estable, aunque las pruebas médicas revelaron lesiones considerables. Los doctores diagnosticaron un neumotórax, cinco costillas fracturadas y daño en una vértebra lumbar. A pesar de la gravedad, Froome estaba consciente al momento de ingresar a la clínica y ya se programó una cirugía para estabilizar su estado.
En otras noticias
Egan está a la altura en la Vuelta a España
El golpe deportivo para el británico es evidente. Con 40 años y tras una temporada marcada por altibajos, el accidente prácticamente lo deja sin posibilidades de volver a competir en lo que resta del año. Su escuadra aseguró que el regreso a las carreteras será un proceso largo y que, por ahora, lo primordial será su recuperación física. Este episodio podría poner punto final a una trayectoria que ya venía enfrentando señales de desgaste.
No es la primera vez que Froome enfrenta una situación de esta magnitud. En 2019, durante el Critérium du Dauphiné, sufrió un accidente similar que le causó fracturas múltiples y lo marginó de las principales competencias por más de un año. Aquel percance significó un antes y un después en su carrera, pues desde entonces no volvió a mostrar el dominio que lo caracterizó en sus mejores días con el Team Sky.
El nuevo incidente abre nuevamente el debate sobre la seguridad vial para los ciclistas profesionales y aficionados. Entrenar en carretera conlleva riesgos permanentes, y figuras como Froome han sido víctimas de la imprudencia de conductores. Para muchos en el pelotón, este hecho es un recordatorio de la vulnerabilidad de los pedalistas fuera de los escenarios de competencia.
En cuanto a su futuro, el cuatro veces ganador del Tour de Francia había dejado entrever que se encontraba en una etapa de reflexión sobre su retiro. Incluso había manifestado su interés en impulsar una academia de ciclismo en África para apoyar a nuevas generaciones. Con este percance, esa decisión podría adelantarse y cerrar de manera abrupta una de las carreras más exitosas de la última década.
Los seguidores del deporte de las dos ruedas han reaccionado con mensajes de solidaridad. Excompañeros, rivales y aficionados han inundado las redes sociales con palabras de apoyo, reconociendo en Froome no solo a un competidor brillante, sino también a un símbolo de perseverancia y resiliencia. La incertidumbre sobre si volverá a correr es grande, pero su legado permanece intacto.
Le puede interesar: Egan e Ineos destacan en etapa 5: así quedó la general de la Vuelta España
Al cierre de esta jornada, lo que queda claro es que Chris Froome libra ahora una batalla distinta: la de recuperar su salud y calidad de vida. Más allá de los resultados deportivos, lo que está en juego es la posibilidad de disfrutar de una vida plena tras tantos sacrificios en la élite del ciclismo. Su nombre ya está grabado en la historia, y este nuevo desafío no hace más que resaltar su capacidad de lucha.