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Álvaro Montero

Alarmas en Millonarios por el posible regreso de Álvaro Montero al FPC

Álvaro Montero ha disputado seis partidos en Vélez y podría volver a Colombia.
Álvaro Montero - Millonarios FC
Álvaro Montero - Millonarios FC // Colprensa

El traspaso de Álvaro Montero a Vélez Sarsfield parecía ser el paso ideal para consolidar su carrera internacional, pero a pocas semanas de su llegada, la experiencia no está resultando como se esperaba. El guardameta, figura en Millonarios y referente de la Liga BetPlay, partió a territorio argentino con un contrato de cesión hasta diciembre de 2026, con opción de compra condicionada al cumplimiento de objetivos, mientras el club colombiano mantiene sus derechos federativos hasta 2027.

El movimiento de Montero al fútbol argentino se produjo en un contexto de éxito personal y colectivo. En sus tres años y medio con Millonarios, disputó más de 180 partidos oficiales y sumó cerca de 90 porterías invictas, contribuyendo de forma decisiva a la obtención de títulos como la Copa Colombia 2022, la Liga Apertura 2023 y la Superliga 2024. Su consistencia, liderazgo y capacidad en momentos clave lo habían convertido en uno de los porteros más importantes del fútbol colombiano.

La llegada a Vélez generó grandes expectativas. El equipo argentino, histórico protagonista del balompié sudamericano, buscaba reforzar su portería con un guardameta de jerarquía para la Liga Profesional y la Copa Libertadores. Montero llegaba como un fichaje de peso, con un valor de mercado cercano a 1,5 millones de euros y el respaldo de su trayectoria en el fútbol local e internacional. Sin embargo, el panorama competitivo en el club de Liniers no tardó en mostrar su complejidad.

Desde su arribo, el colombiano ha encontrado una competencia directa con Tomás Marchiori, quien venía consolidado como titular indiscutible. El buen rendimiento del arquero argentino, con actuaciones seguras y resultados favorables, ha reducido las posibilidades de debut para Montero. En más de un mes, solo ha sido convocado a un partido oficial, lo que ha alimentado las dudas sobre el acierto de su transferencia.

Esta falta de minutos no solo limita su adaptación al nuevo entorno, sino que también podría afectar sus opciones en la Selección Colombia, especialmente en un ciclo que apunta al Mundial 2026. La inactividad prolongada, sumada al alto nivel de competencia en el arco nacional, supone un riesgo considerable para mantener su estatus como una de las alternativas de Néstor Lorenzo.

En lo emocional, el guardameta de 30 años mantiene un fuerte vínculo con Millonarios y con la hinchada que lo respaldó durante su estadía en Bogotá. Su salida fue recibida con sentimientos encontrados por parte de la afición: orgullo por el salto internacional, pero también preocupación por la pérdida de un pilar en el plantel. El club, consciente de la magnitud de su baja, se movió rápido para asegurar a porteros como Guillermo De Amores y mantener la competitividad en todas las competencias.

Analistas deportivos han cuestionado la conveniencia de su traslado a Vélez, considerando que no llegó para reemplazar de inmediato al titular, sino para competir por el puesto, lo que reducía de antemano sus posibilidades de acción inmediata. En ese sentido, el cambio representa un riesgo calculado que, de momento, no ha dado los frutos esperados y que podría derivar en un regreso anticipado a Colombia si la situación no mejora.

En términos contractuales, la cesión hasta 2026 incluye una cláusula de compra que se activaría solo si se cumplen determinados objetivos de participación. Esto significa que, si Montero no logra asentarse como titular, Vélez Sarsfield podría optar por no ejecutar la opción y devolver al jugador antes de lo previsto. Para Millonarios, esta posibilidad deja abierta la puerta a un eventual retorno, lo que sería recibido como un refuerzo de peso por parte de la hinchada.

La experiencia de Montero en Argentina refleja un escenario común para muchos futbolistas que deciden probar suerte en ligas extranjeras: el cambio de entorno no garantiza minutos de juego, y la adaptación depende tanto del rendimiento individual como de las circunstancias del equipo. En este caso, el reto no es solo deportivo, sino también mental, ya que requiere paciencia, trabajo constante y la capacidad de aprovechar cualquier oportunidad.

Con el calendario de Vélez cargado por las competiciones locales e internacionales, todavía existe margen para que el arquero colombiano revierta la situación. La temporada es larga y las exigencias de alto nivel suelen abrir espacios para la rotación. Si logra demostrar en los entrenamientos la solidez y el liderazgo que lo caracterizaron en Colombia, Montero podría escribir un nuevo capítulo exitoso en su carrera.

Por ahora, el balance inicial del traspaso se inclina más hacia la incertidumbre que hacia la confirmación de un acierto. La falta de protagonismo, las dudas sobre su continuidad y la posibilidad de un regreso prematuro mantienen en suspenso la historia de Álvaro Montero en el fútbol argentino. El tiempo dirá si este paso se convierte en un trampolín hacia mayores logros o en una experiencia que lo lleve de vuelta al punto de partida.