La crisis deportiva que atraviesa el América de Cali se ha transformado en un serio conflicto fuera de la cancha. La afición escarlata, cansada de los pobres resultados y de lo que consideran una mala gestión, lanzó una advertencia pública a los responsables del club. El ambiente, que ya era espeso, ahora parece estar en un punto de ebullición, generando preocupación dentro y fuera de la institución.
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Desde hace semanas, el desempeño en la Liga Betplay ha sido decepcionante. El conjunto rojo ocupa las últimas posiciones con apenas seis unidades tras nueve compromisos, una cifra que ha alimentado el descontento generalizado.
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Barra del América 'amenazó' a jugadores y futbolistas
Ni los ajustes en el banquillo con la salida de Gabriel Raimondi y la llegada de David González han logrado cambiar el rumbo. Esta cadena de tropiezos ha terminado por encender las alarmas en todos los sectores del club y entre sus seguidores más fieles.
La barra Barón Rojo Sur, reconocida por su fervor, ha asumido un tono mucho más radical. En un comunicado, señaló directamente a futbolistas y dirigentes por lo que considera una pérdida de identidad del equipo: “convirtieron a la Mecha en un negocio familiar”. El mensaje, que rápidamente se viralizó en redes sociales, va más allá de una simple crítica y ha puesto de manifiesto un profundo malestar que podría tener repercusiones mayores.
La frase que más inquietud causó entre hinchas y observadores fue contundente: “Ustedes quisieron jugar con el Diablo… pero ahora será el Diablo quien juegue con ustedes. Este infierno lo encenderá la gente que ama esta camiseta”. Con esta expresión, la afición organizada dejó claro que las protestas no se limitarán a las redes sociales, sino que también se trasladarán al espacio público para presionar directamente a los responsables del momento crítico.
Para reforzar su postura, los seguidores convocaron un plantón en el Parque de las Banderas, programado para este martes a las cinco de la tarde. Este acto, más que una demostración simbólica, busca ejercer presión sobre los responsables del club y marcar un punto de no retorno en la relación entre hinchada, equipo y dirigencia. Se trata de un aviso de que la paciencia se agotó y que los errores en la gestión ya no tendrán contemplaciones.
América de Cali vive una interna complicada. Por un lado, está la necesidad de proteger a sus futbolistas y dirigentes de posibles actos de hostigamiento; por otro, urge revertir el rendimiento deportivo para calmar la tempestad. No se descarta que la Dimayor u otros entes intervengan para garantizar la seguridad en este contexto tan sensible.
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En definitiva, el cuadro escarlata enfrenta uno de los desafíos más complejos de los últimos años. Las amenazas de la hinchada no son solo palabras al viento; son un reflejo de la frustración acumulada y de la exigencia de cambios inmediatos. El próximo movimiento del club será clave para definir si este conflicto se convierte en un capítulo oscuro o en un punto de inflexión hacia la recuperación.