América de Cali afronta una semana crucial en su temporada internacional. El conjunto escarlata se prepara para disputar el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana 2025 frente a Fluminense, un duelo que se jugará este martes en el estadio Maracaná y que determinará su futuro en el torneo. Tras el 1-2 en contra en la ida, el equipo colombiano necesita un triunfo fuera de casa para mantener la ilusión de avanzar a los cuartos de final.
El desafío es mayúsculo. El actual campeón brasileño se mostró sólido en la ida disputada en el estadio Pascual Guerrero y logró revertir un inicio complicado, imponiendo su jerarquía en los momentos clave. América, que comenzó ganando con el apoyo de su público, terminó cediendo terreno y ahora se ve obligado a buscar un resultado positivo en un escenario histórico y exigente como el Maracaná.
La presión recae en el plantel dirigido por Gabriel Raimondi, que durante los entrenamientos en territorio carioca ha buscado reforzar aspectos tácticos y físicos con el objetivo de contrarrestar la velocidad y la contundencia ofensiva de Fluminense. El cuerpo técnico ha hecho especial énfasis en mantener la solidez defensiva y aprovechar los espacios que pueda dejar el conjunto brasileño, consciente de que cualquier descuido puede costar la serie.
En cuanto a la convocatoria oficial, América presentará algunas modificaciones respecto al compromiso de ida. Jhon Murillo y Mateo Castillo aparecen como las principales novedades dentro de la lista de viajeros. El primero, un extremo con capacidad de desequilibrio, podría aportar variantes ofensivas desde el banco o incluso como titular, mientras que Castillo se perfila como una opción para fortalecer el mediocampo en la recuperación.
Por otra parte, las ausencias de Dylan Borrero y Éder Álvarez Balanta representan bajas sensibles para el equipo colombiano. Borrero, quien venía siendo uno de los jugadores más desequilibrantes en ataque, no podrá estar por problemas físicos, mientras que Balanta, con su experiencia en defensa y mediocampo, deja un vacío importante en la estructura táctica. Raimondi tendrá que replantear la estrategia para cubrir esas falencias y dar equilibrio al equipo en una plaza tan complicada como la brasileña.
El panorama no es sencillo: América deberá ganar en condición de visitante para revertir el marcador global. Un triunfo por diferencia de un gol obligaría a la definición desde el punto penal, mientras que un resultado más amplio le daría el boleto directo a los cuartos de final. La misión es compleja, pero dentro del plantel hay confianza en dar el golpe en Río de Janeiro.
El compromiso se anticipa vibrante, con un Maracaná colmado y un Fluminense que quiere confirmar su favoritismo. América, sin embargo, no renuncia a su historia ni a la posibilidad de dar una sorpresa en el continente. Con Murillo y Castillo como cartas nuevas y la necesidad de suplir bajas importantes, el cuadro escarlata buscará una gesta que lo mantenga con vida en la Copa Sudamericana 2025.