Marruecos se consagró campeón del Mundial Sub-20 de Chile 2025 tras vencer de manera contundente por 2-0 a Argentina, la gran favorita del torneo. El conjunto africano, dirigido con inteligencia táctica y carácter, logró un triunfo que marca un antes y un después en su historia futbolística, al obtener su primer título mundial juvenil y consolidarse como una de las potencias emergentes del fútbol global.
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Desde el pitazo inicial en el Estadio Nacional de Santiago, el conjunto marroquí mostró una determinación inquebrantable. Con un planteamiento ordenado, presión alta y una eficacia admirable, los dirigidos por Hicham Dmii impusieron su ritmo ante una Argentina que apostó más al roce físico que al fútbol. El héroe de la noche fue Yassir Zabiri, quien firmó un doblete decisivo a los 12 y 29 minutos, desatando la euforia de los 43.253 espectadores presentes, la mayoría simpatizantes del cuadro africano.
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El equipo sudamericano, conducido por Diego Placente, intentó repetir la fórmula que le había dado resultado en los cruces ante México y Colombia: juego fuerte, presión al límite y una dosis de provocación que había generado polémica en rondas anteriores.
Sin embargo, esta vez, el plan no funcionó. Marruecos no cayó en las trampas emocionales, respondió con serenidad y golpeó en los momentos justos. A diferencia de sus anteriores rivales, los africanos mostraron madurez y temple, neutralizando a las figuras argentinas con una defensa compacta y una salida rápida por las bandas.
Más allá de las burlas y gestos que habían caracterizado las celebraciones argentinas en los partidos previos, el desenlace fue amargo. En el duelo más importante del torneo, la Albiceleste se fue entre lágrimas, desbordada por la frustración y superada futbolísticamente por un rival que demostró jerarquía. El contraste fue evidente: mientras los marroquíes celebraban un logro histórico, los argentinos lamentaban haber desperdiciado una nueva oportunidad de recuperar la gloria perdida desde 2007 en Canadá, su último título mundial juvenil.
Con esta conquista, Marruecos se convirtió en el segundo país africano en levantar la copa del Mundial Sub-20, un privilegio que hasta ahora solo tenía Ghana, campeón en Egipto 2009. Este triunfo confirma el crecimiento sostenido del fútbol marroquí, que viene mostrando un proceso ejemplar desde su cuarto puesto en el Mundial de Catar 2022. A ese hito se sumó la medalla de bronce del equipo Sub-23 en los Juegos Olímpicos de París 2024, y ahora, la coronación en Chile completa un ciclo de éxito en todas las categorías.
Además, el título llega en un momento simbólico: Marruecos será coanfitrión del Mundial 2030 junto a España y Portugal, y su proyecto deportivo continúa dando frutos visibles. La generación Sub-20 ha demostrado que el talento africano puede competir de igual a igual con las potencias tradicionales.
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La noche de Santiago no solo quedará grabada por el doblete de Zabiri o las lágrimas argentinas, sino porque representó la consolidación de una nueva fuerza del fútbol mundial. Marruecos, con humildad, trabajo y disciplina, logró lo que parecía imposible: conquistar el planeta desde la categoría juvenil y abrir un nuevo capítulo dorado en su historia.