En una noche cargada de emoción, el Benfica consiguió una victoria mínima frente al Fenerbahçe en el duelo de playoffs de la UEFA Champions League. El compromiso, disputado en el Estádio da Luz, tuvo como gran protagonista a Kerem Aktürkoğlu, autor del único gol que acercó a los lusos a la fase de grupos.
El ambiente en Lisboa fue inmejorable. Ante más de 64,000 espectadores, el conjunto dirigido por Bruno Nascimento impuso su estilo con un esquema 4-2-3-1, donde Trubin defendió el arco, Otamendi lideró la zaga y en el medio campo Ríos junto a Barrenechea marcaron el ritmo. La figura de Aktürkoğlu se hizo sentir con una definición impecable.
El Fenerbahçe, bajo la dirección de José Mourinho, apostó por un 3-5-2 con Livaković bajo los palos y Škriniar como líder de la defensa. Sin embargo, las adversidades no tardaron en aparecer: la lesión de Nélson Semedo y la expulsión de Talisca condicionaron gravemente las aspiraciones turcas de igualar el marcador.
Desde el arranque, el choque se vivió con intensidad. El equipo portugués incluso celebró un tanto de Pavlidis al minuto 10, pero el VAR lo anuló por fuera de juego. A pesar de los intentos del cuadro visitante, la defensa local mantuvo su solidez y evitó que su portería fuera vulnerada.
El Estádio da Luz disfrutó de un espectáculo cargado de emociones: revisiones arbitrales, un gol invalidado y ocasiones claras de ambos lados. El triunfo deja al Benfica con ventaja y confirma su fortaleza en casa, un paso firme rumbo al objetivo de estar en la fase de grupos.
El momento crucial llegó en el minuto 34. Tras una asistencia precisa de Leandro Barreiro, Aktürkoğlu definió con un potente disparo a la escuadra izquierda para marcar el único gol de la noche. Antes, Sofyan Amrabat había sido amonestado por una fuerte falta, muestra del alto nivel de tensión en el terreno.
En el complemento, el Fenerbahçe buscó variantes con el ingreso de Ismail Yüksek, Oguz Aydin y Jhon Durán. Por su parte, el Benfica respondió con los cambios de Schjelderup e Ivanović en la recta final. Las emociones se incrementaron cuando Talisca, tras recibir una segunda amarilla en el 82, dejó a los suyos con diez jugadores.
Los minutos finales estuvieron cargados de nerviosismo. Tanto António Silva como Söyüncü vieron la amarilla en medio de la presión visitante. Finalmente, el Benfica supo aguantar los ataques del rival y selló un triunfo valioso que lo acerca un paso más a su gran objetivo continental.