Barcelona ha confirmado la incorporación del joven portero catalán Joan García, quien llega procedente del RCD Espanyol, el eterno rival ciudadano. El fichaje no solo genera impacto por el cambio de acera del futbolista, sino también por la cifra que ha desembolsado el club azulgrana: 25 millones de euros, correspondientes a la cláusula de rescisión que figuraba en su contrato con el conjunto perico.
Joan García, de 23 años, ha sido uno de los guardametas revelación del último curso en LaLiga. Formado desde los 15 años en la cantera del conjunto perico, el portero se consolidó como titular durante las últimas dos temporadas, siendo una de las piezas clave del equipo blanquiazul. Su estilo sobrio, gran juego con los pies y reflejos bajo los tres palos llamaron la atención de varios clubes europeos, pero fue el Barça quien decidió dar el paso definitivo.
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La operación se concretó este miércoles, después de que la dirección deportiva culé, liderada por Deco, activara el pago de la cláusula de rescisión directamente ante LaLiga. Según fuentes cercanas al club, el nuevo técnico Hansi Flick avaló la llegada de García como una apuesta de presente y futuro, especialmente ante la necesidad de encontrar un reemplazo confiable para Marc-André ter Stegen a mediano plazo.
En el entorno del Espanyol, el traspaso ha sido recibido con desazón. No solo por perder a una de sus joyas de la cantera, sino por el hecho de que el destino del guardameta sea precisamente el Camp Nou. En las redes sociales, varios aficionados expresaron su molestia, mientras que desde la dirigencia perica se limitaron a confirmar que el jugador activó la cláusula de forma unilateral, sin posibilidad de negociación.
Barcelona, ha recibido el movimiento ha sido recibido con optimismo. Joan García llega con experiencia en Primera División y ha sido parte del proceso de selecciones juveniles de España. Aunque su llegada no implica una salida inmediata de Ter Stegen, sí representa una competencia seria para el veterano alemán y un plan estratégico a largo plazo. De hecho, se espera que el catalán tenga minutos tanto en Copa del Rey como en partidos de menor exigencia durante la temporada, con vistas a un posible relevo natural en los próximos años.
El fichaje de García también envía un mensaje claro sobre el nuevo enfoque del Barça: fichar talento joven, con proyección y con ADN local, incluso si eso significa arrebatarlo a un rival histórico. En un mercado cada vez más condicionado por la economía, el club ha optado por invertir en seguridad bajo palos y en un perfil que, por edad y características, encaja con la filosofía que Flick busca implementar.
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Así, Joan García se convierte no solo en nuevo jugador del FC Barcelona, sino también en uno de los nombres propios del verano. Su reto será ahora demostrar que puede estar a la altura del escudo que defenderá y de la presión que supone vestir los colores del club que tantas veces enfrentó desde la otra orilla de la ciudad.