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Brasil no pudo con Túnez y vuelve a dejar dudas para el Mundial 2026

La selección brasileña todavía no logra encontrar el camino desde la llegada de Ancelotti.
Brasil no pudo con Túnez y vuelve a dejar dudas para el Mundial 2026
Brasil no pudo con Túnez y vuelve a dejar dudas para el Mundial 2026 // AFP

Brasil empató 1-1 ante Túnez en Lille y volvió a mostrar un rendimiento lejos de lo esperado para una selección que se prepara para el Mundial de 2026. Aunque Carlo Ancelotti probó variantes y rotó piezas en todas las líneas, el equipo lució previsible, impreciso y sin la contundencia que se espera de la pentacampeona. Solo Estevão, que volvió a ser el más desequilibrante, evitó una caída mayor ante una selección tunecina ordenada y valiente.

Túnez sorprendió con actitud, orden y un plan claro

El partido demostró que Túnez no viajó a Francia a jugar un simple amistoso. El equipo africano compitió con intensidad desde el minuto uno, presionó la salida brasileña y aprovechó los errores del rival. El gol de Mastouri, tras una pérdida en campo propio de Brasil, premió la valentía de un equipo que nunca se intimidó ante figuras como Vinicius, Rodrygo o Casemiro.

Túnez fue sólido en defensa, agresivo en los duelos y muy claro en su idea de cerrar líneas, castigar transiciones y obligar a Brasil a jugar incómodo. Lo consiguió durante largos tramos del encuentro y, aunque cedió un penal sobre el final del primer tiempo, nunca perdió el orden ni la compostura.

Brasil, estancado: sin fluidez, sin claridad y con su estrella más joven como único faro

Lo más preocupante para Brasil no fue el empate, sino la ausencia de funcionamiento colectivo. La selección de Ancelotti volvió a mostrar desconexiones en ataque, pérdidas innecesarias en salida y poca creatividad en el último tercio. Vinicius estuvo bien marcado, Rodrygo no logró gravitar como falso 9 y el mediocampo se vio trabado, especialmente en la segunda parte.

En medio de las dudas, Estevão volvió a ser el salvavidas, marcó el 1-1 de penal, generó peligro constante y hasta estrelló un balón en el palo en la última jugada del partido. Hoy, la esperanza ofensiva de Brasil tiene 17 años.

A esto se suma la alarma por Éder Militão, quien pidió el cambio por molestias y generó preocupación en el Real Madrid y en la Selección.

Brasil sigue sin despegar. El empate ante Túnez no es un accidente: es un recordatorio de que el equipo aún no exhibe la solidez ni la claridad que exige un Mundial que está a la vuelta de la esquina. Ancelotti tiene figuras, talento joven y tiempo limitado. Y mientras tanto, Túnez se va de Lille con una presentación seria, competitiva y con la satisfacción de haber frenado a una potencia mundial.