James Rodríguez volvió a ser el foco de los cuestionamientos en León tras una nueva caída en la Liga MX. La derrota ante 2-0 Atlas por la jornada 14 del Apertura 2025 ha profundizado una crisis que parece no tener fin.
Con un rendimiento por debajo de las expectativas y sin mostrar el liderazgo que se espera de un jugador de su jerarquía, el capitán de la Selección Colombia enfrenta uno de sus momentos más complicados desde su llegada al fútbol mexicano.
El futbolista cafetero, llamado a ser el referente del proyecto esmeralda, no ha logrado consolidar una regularidad en la segunda mitad del año. Las constantes lesiones, sumadas a la falta de ritmo y continuidad, han mermado su impacto en un equipo que se muestra sin identidad ni contundencia. Cada jornada se repite el mismo guion: James intenta generar fútbol, pero su influencia en el ataque es limitada y su aporte se diluye ante la falta de acompañamiento y un sistema táctico en permanente crisis.
La situación se agravó tras la salida de Eduardo Berizzo, quien dejó el cargo en medio de malos resultados y diferencias internas con parte del plantel. El arribo de Ignacio Ambriz, viejo conocido de la institución, generó una leve esperanza de cambio, pero los números no respaldan la ilusión. Desde la llegada del nuevo entrenador, el León no ha sumado puntos, encadenando derrotas que han dejado al club en la cuerda floja y con un vestuario visiblemente golpeado.
En este contexto, James Rodríguez ha sido uno de los más señalados. La prensa local lo acusa de “desconexión” y de no asumir el liderazgo que se esperaba.
En redes sociales, la afición ha expresado su malestar, cuestionando su nivel físico y su aporte real al equipo. El mediocampista ha intentado responder con trabajo, pero los resultados no lo acompañan: ni los destellos de su zurda ni su visión de juego han sido suficientes para revertir una temporada que se le escapa de las manos.
El calendario no ofrece alivio. Con nueve puntos por disputar y duelos frente a Pumas, América y Puebla, el cuadro esmeralda necesita un auténtico milagro para soñar con el repechaje. El margen de error es mínimo y el rendimiento colectivo sigue dejando más dudas que certezas. Cada partido se convierte en una final y, si León no reacciona pronto, el torneo podría cerrar con un fracaso rotundo.
Para James Rodríguez, el cierre del Apertura 2025 será una prueba de carácter. Recuperar la confianza y demostrar que aún puede ser determinante en el fútbol de alto nivel es una tarea urgente.
De lo contrario, su paso por la Liga MX corre el riesgo de quedar como una decepción más en la etapa final de su carrera. El reloj corre, y tanto León como su estrella colombiana están contra las cuerdas en una temporada que se les escapa entre los dedos.