River Plate tuvo una noche poco soñada para su hinchada en el Estadio Monumental de Buenos Aires. El cuadro argentino cayó 1-2 frente a Palmeiras en la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores 2025, un resultado que dejó en entredicho el rendimiento de dos de sus jugadores colombianos.
Miguel Ángel Borja y Kevin Castaño fueron los señalados por la prensa como responsables de parte del tropiezo. “Los colombianos son así”, tituló un medio digital, reflejando el malestar de un sector de aficionados.
Desde el comienzo, el verdao impuso condiciones. Un tiro de esquina de Andreas Pereira se transformó en el primer gol de la noche gracias al cabezazo de Gustavo Gómez. La zaga local, sorprendida por la rapidez del rival, no logró recomponerse.
Palmeiras mantuvo la intensidad y antes del descanso amplió la cuenta con un tanto de Vítor Roque, aprovechando espacios cedidos por la defensa millonaria. Este escenario puso a River contra las cuerdas y dejó al descubierto carencias tácticas.
En la zona media, Castaño fue uno de los encargados de ordenar y recuperar la pelota. Sin embargo, la falta de conexión con los volantes creativos impidió darle fluidez al juego. El mediocampista se vio exigido y aunque intentó romper líneas, el sistema de presión del conjunto brasileño neutralizó su aporte. Las críticas llegaron rápidamente, pues se esperaba que el colombiano marcara diferencia en un sector clave del campo.
Por el lado del ataque, Borja ingresó alrededor del minuto 77 para darle aire fresco al ataque. Con la obligación de revertir el marcador, River buscó por todos los medios un descuento que alimentara la ilusión. El delantero cafetero tuvo una oportunidad clara en el tramo final, pero un defensor rival bloqueó su disparo cuando parecía convertirse en el 2-2. Una acción que resumió la frustración del equipo local, que no encontró eficacia en el área contraria.
Lucas Martínez Quarta anotó el tanto del descuento tras un desvío, dejó sin opciones al arquero brasileño. Aunque significó un alivio para la afición, no bastó para maquillar un resultado que obliga a una remontada en territorio ajeno. El conjunto dirigido por Marcelo Gallardo deberá ajustar concentración y puntería si quiere mantener vivo el sueño continental.
Más allá del marcador, la derrota expuso varias falencias de River: mejorar la marca en jugadas a balón parado, aumentar la generación ofensiva y consolidar un medio campo capaz de controlar el ritmo. Para Borja y Castaño, el compromiso en Brasil será una oportunidad de reivindicación ante una hinchada exigente que aún confía en la remontada.
River Plate necesita no solo ganar, sino sacar diferencia de dos goles para evitar los penales. Si los colombianos logran brillar en la vuelta, este tropiezo quedará como una simple anécdota en medio de una campaña irregular.