América de Calise encuentra en un momento de tensión y expectativa máxima de cara al inicio de la Liga Betplay 2025‑II. Tras una pretemporada marcada por la salida de figuras clave y la inminente partida de otros referentes, el club rojo vive una transición profunda que podría definir su futuro inmediato tanto en la cancha como fuera de ella.
La primera sacudida llegó con el traspaso de Duván Vergara a Racing Club de Avellaneda. El extremo, máximo artillero Escarlata en el torneo anterior, dejó un hueco difícil de llenar en la banda izquierda.
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Pocos días después, el rumor de la vuelta de Juan Fernando Quintero a River Plate se convirtió en casi una certeza, aunque restan detalles contractuales para oficializar la transferencia. La doble pérdida de creatividad y gol obliga al América a reconfigurar rápidamente su propuesta ofensiva.
En este contexto de adioses sensibles, la llegada de Gabriel Raimondi al banquillo escarlata es considerada un soplo de aire fresco. El estratega argentino, con experiencia en categorías de ascenso y un estilo de juego valiente, asumirá el reto de ensamblar un plantel deseoso de revancha. Bajo sus órdenes, América buscará un sistema híbrido que combine solidez defensiva y verticalidad al ataque, apoyado en un bloque compacto y transiciones rápidas.
Se espera que la dirección deportiva anuncie en las próximas semanas incorporaciones puntuales en medio campo y delantera, con perfiles jóvenes y con proyección, para suplir las bajas de Vergara y Quintero.
Sin embargo, la gran sorpresa podría producirse lejos del terreno de juego. Según fuentes cercanas a la cúpula administrativa, existe una oferta formal proveniente de Europa para adquirir la mayoría accionaria de la institución.
Al frente de la operación se encontraría Iago Falque, exjugador español que vistió la camiseta roja hace un par de temporadas y mantiene vínculos estrechos con la institución. El objetivo del español sería incorporar nuevos inversores con capacidad financiera y experiencia en la gestión deportiva internacional, e implantar una filosofía de trabajo basada en la formación de talentos y en una gestión más profesionalizada de todas las áreas del club.
De concretarse la venta, la familia Gómez Giraldo, principal accionista y pilar de la reconstrucción institucional desde 2016, evaluará los términos para definir si cede o retiene su paquete accionario. En caso de llegarse a un acuerdo, el nombramiento de un director ejecutivo proveniente del entorno europeo podría acompañarse de una reestructuración de las divisiones inferiores, la modernización de las instalaciones y un plan de marketing global destinado a potenciar la marca América en el exterior.
Para los hinchas escarlatas, la posibilidad de combinar renovación deportiva con una inyección de recursos y know‑how administrativo supone una oportunidad histórica. No obstante, también genera incertidumbre sobre lo que será el futuro del club en un momento de varios cambios simultáneos.
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América inicia el segundo semestre del año con la mirada puesta en dos frentes: el deportivo, en el que buscará volver a pelear por el título local y la Copa Sudamericana, y el institucional, donde una eventual venta de acciones podría sentar las bases de una nueva era.