La Selección de México vuelve al ruedo en una nueva fecha FIFAcon dos desafíos de alto nivel ante Colombiay Ecuador, en territorio estadounidense. Aunque los encuentros son catalogados como amistosos, el cuerpo técnico liderado por Javier Aguirre los asume como una evaluación determinante para definir el rumbo del equipo rumbo al Mundial 2026.
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El proceso de renovación del combinado azteca vive un momento clave. Entre las principales novedades aparecen los regresos de Kevin Álvarez y Carlos Acevedo, quienes recuperaron su nivel y vuelven a ganarse la confianza del entrenador. A ellos se suma Armando González, joven atacante de Chivas que recibió su primer llamado gracias a su desempeño goleador en el torneo local. Con estas incorporaciones, el técnico pretende inyectar aire fresco y aumentar la competencia interna dentro del vestuario.
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Pese al entusiasmo, el panorama no está libre de contratiempos. La lesión de Rodrigo Huescas representa el golpe más duro para el conjunto nacional. El futbolista del Cruz Azul sufrió una rotura de ligamento cruzado y daño en el menisco lateral, lo que lo dejará fuera por varios meses. Su ausencia no solo afecta el presente, sino que complica sus aspiraciones de llegar al certamen mundialista. A esto se suma el esguince de tobillo que arrastra Roberto Alvarado, limitando las alternativas ofensivas del conjunto tricolor.
Las dolencias continúan con Guillermo Martínez, quien fue intervenido quirúrgicamente por una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho, y con Raúl Jiménez, que todavía no se recupera de un golpe en la cadera. Mientras tanto, Edson Álvarez avanza de forma progresiva en su recuperación de una molestia muscular. Estos problemas físicos obligan a Aguirre a probar variantes y a confiar en jugadores menos habituales que buscan demostrar su valía para México.
El estratega mexicano sabe que esta gira tiene un doble propósito: reafirmar su propuesta táctica y consolidar nuevas figuras en el plantel. En su intento por encontrar equilibrio, Aguirre deberá combinar la experiencia de futbolistas consagrados con el ímpetu de los más jóvenes. Según sus propias palabras, el objetivo es “generar una competencia interna sana que eleve el nivel del grupo”. La cita ante dos selecciones sudamericanas de jerarquía brindará una oportunidad ideal para poner a prueba esa idea.
Los compromisos frente a Colombiay Ecuador prometen ser intensos y reveladores. Ambas escuadras destacan por su potencia física, velocidad y agresividad ofensiva, aspectos que pondrán a prueba la solidez defensiva y la capacidad de reacción del conjunto mexicano.
Además, disputar los partidos en Estados Unidos añade un componente especial: la exigencia del público, el ambiente de rivalidad y la presión mediática que rodea cada presentación del tri en suelo norteamericano.
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En definitiva, más allá del resultado, estos duelos servirán para medir el verdadero nivel del equipo y el liderazgo de Aguirre en el banquillo. México debe aprovechar esta oportunidad para fortalecer su identidad, afinar su estrategia y demostrar que está listo para afrontar los desafíos que se avecinan en el camino hacia el Mundial 2026.