Colombia volvió a perder una final de laCopa América Femenina y las razones de la derrota no son nuevas. El equipo cayó ante Brasil en la tanda de penales, tras empatar 4-4 en el tiempo reglamentario, en la final disputada este sábado 2 de agosto de 2025.
Sin embargo, el marcador apenas es una consecuencia de un problema de fondo: Colombia no tiene un proyecto serio de dirección técnica.
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Desde hace dos años, la selección femenina es dirigida por Ángelo Marsiglia en calidad de interino. En este periodo, la falta de liderazgo desde el banquillo ha sido evidente. El equipo no tiene una idea de juego clara, no existe un modelo táctico coherente y cada partido parece ser una improvisación. Las jugadoras dependen de su talento individual para resolver los encuentros, pero en instancias definitivas, como una final continental, la ausencia de trabajo colectivo pasa factura.
Llegar a los penales fue un castigo anunciado. Sin un plan estratégico para administrar la ventaja cuando estuvo arriba en el marcador, ni los recursos tácticos para cerrar los espacios cuando lo necesitaba, Colombia quedó expuesta y terminó en una definición donde Brasil no perdonó. La selección falló los cobros y entregó el título a una Brasil que tampoco fue superior, pero sí más ordenada.
La continuidad de Marsiglia en el cargo, sin ser ratificado como técnico en propiedad, es una señal de improvisación.
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Colombia perdió otra final porque no ha tenido un proceso de dirección técnica serio. No basta con el talento de las jugadoras; un equipo que quiere ser campeón necesita un entrenador con autoridad, capacidad táctica y un proyecto de largo plazo. Mientras eso no exista, las finales seguirán siendo una repetición de lo mismo.