Joan Laporta encendió nuevamente la disputa institucional entre Barcelona y Real Madrid. En un acto realizado en Andorra, el dirigente catalán dejó atrás cualquier tono conciliador y lanzó un mensaje directo que resonó tanto en despachos como en graderías, apuntando de manera contundente hacia el Madrid y su presidente, Florentino Pérez. Sus palabras, lejos de ser simbólicas, marcan un episodio que reabre tensiones históricas en un momento clave de la temporada.
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Desde el primer instante, el máximo mandatario del club azulgrana dejó en evidencia su molestia al hablar de lo que denominó “barcelonitis”, un término con el que describe lo que considera una obsesión constante desde el entorno madridista hacia todo lo que ocurre en el Camp Nou.
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Para Laporta, esta fijación se ha convertido en una estrategia comunicativa que busca distraer a la opinión pública de asuntos internos del conjunto blanco. Su afirmación generó eco inmediato entre periodistas, aficionados y analistas que siguen de cerca cada movimiento de esta rivalidad eterna.
En otro punto de su intervención, el dirigente apuntó directamente hacia los contenidos emitidos por Real Madrid TV, acusando al canal oficial del conjunto merengue de realizar campañas intencionadas que, según él, podrían influir en la percepción de los árbitros. Laporta calificó este comportamiento como “cínico” y “vergonzoso”, subrayando que no se puede recurrir a la manipulación mediática para condicionar decisiones dentro del terreno de juego. Su denuncia recoge un sentimiento que ha expresado repetidamente la afición del Barcelona ante determinados episodios arbitrales.
Laporta reiteró que el equipo catalán jamás ha pagado por favores en los arbitrajes y criticó el uso constante del Caso Negreira como un recurso para desprestigiar al club. Según él, ese episodio se está estirando “como un chicle” para mantener una narrativa que favorezca al Real Madrid en momentos de presión deportiva y política. Sus declaraciones, cargadas de tensión, evidencian que el tema sigue siendo una herida abierta en el fútbol español.
Con un tono aún más desafiante, el dirigente catalán aseguró que recientes decisiones arbitrales han perjudicado directamente al equipo azulgrana en duelos importantes. Mencionó partidos puntuales en los que, a su juicio, el criterio aplicado favoreció al conjunto madrileño, alterando la clasificación de la competencia nacional. Según él, sin estos errores, el Barça estaría encabezando la tabla, lo cual alimenta la sensación de injusticia entre los hinchas del club.
En otro fragmento de sus declaraciones, Laporta amplió el foco y señaló que detrás de los ataques hacia su gestión podría existir un intento de desestabilizar la estructura de LaLiga. Aseguró que se estaría buscando la salida de Javier Tebas para reemplazarlo por una figura más alineada con los intereses del Real Madrid. El presidente no dudó en respaldar públicamente al actual líder del organismo, al que calificó como un profesional íntegro y coherente con la defensa de la competición.
Todas estas afirmaciones proyectan un escenario complejo y explosivo en el panorama futbolístico español. La confrontación, que parecía haber entrado en un periodo de relativa calma, vuelve a tomar protagonismo en un contexto donde cada palabra tiene peso mediático y político. Tanto Barcelona como Real Madrid se encuentran nuevamente en una batalla abierta.
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Al final, las declaraciones de Laporta han encendido una llama que seguramente seguirá alimentándose durante las próximas semanas. La histórica rivalidad entre ambos conjuntos no solo se juega sobre el césped, sino también en los discursos, los medios y los despachos.