River Plate se encuentra marcado en un ambiente de tensión, luego de que la figura del colombiano Juan Fernando Quintero quedara relegada en los últimos partidos oficiales. En Argentina se ha revelado que el mediocampista ha perdido terreno en las decisiones técnicas y, en la actualidad, jugadores como Kevin Castaño han ocupado su lugar en la mitad de la cancha.
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El volante, recordado por su golazo en la final de la Copa Libertadores de 2018 y por ser uno de los consentidos de Marcelo Gallardo en su exitoso ciclo, atraviesa un momento inesperado que ha generado una fuerte controversia en el entorno del club de Núñez.
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La situación no ha pasado desapercibida por los seguidores millonarios, quienes consideran que el “10” sigue teniendo condiciones para aportar en un equipo que atraviesa dudas tras su eliminación en cuartos de final de la Copa Libertadores ante Palmeiras.
Muchos hinchas apuntaron que la falta de creatividad en el medio campo fue un factor determinante para quedar fuera del torneo continental. En ese escenario, las críticas hacia el cuerpo técnico se incrementaron por la ausencia de Quintero en los momentos clave. La posterior derrota contra Riestra en la Superliga Argentina encendió aún más la discusión y alimentó el reclamo de una parte de la hinchada que exige su retorno a la titularidad.
Desde los pasillos del Monumental se habla de una división interna. Mientras un sector de la dirigencia respalda las decisiones de mantener al colombiano en un rol secundario, otro grupo reconoce que su presencia es determinante no solo desde lo futbolístico, sino también desde lo emocional. Quintero ha sido ídolo para gran parte de la afición y dejarlo en el banco de suplentes se percibe como un gesto que afecta la identidad del equipo.
El debate ha llegado también a los medios deportivos, donde varios analistas coinciden en que, más allá de su irregularidad física en el pasado, el “10” conserva una visión de juego distinta que River no encuentra en otros nombres.
La comparación con Castaño y con otros centrocampistas que han ganado protagonismo genera opiniones encontradas: unos defienden la apuesta por la renovación, mientras otros ven en la suplencia de Quintero una decisión incomprensible.
En medio de esta controversia, el propio jugador se ha mostrado cauto. Si bien no ha hecho declaraciones explosivas, en redes sociales ha dejado entrever mensajes de paciencia y compromiso. Sin embargo, la presión de la hinchada crece partido a partido y la incógnita es cómo reaccionará el cuerpo técnico si los resultados no mejoran en el corto plazo.
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Juan Fernando Quintero tiene un pasado glorioso, pero se encuentra en una encrucijada: recuperar el lugar que muchos sienten que aún merece o aceptar un papel secundario en una etapa donde la exigencia es máxima. Lo cierto es que el debate seguirá vivo mientras el “10” permanezca lejos del protagonismo en la cancha y el equipo no logre encontrar respuestas convincentes en el torneo local.