Real Madrid decidió elevar el tono en el conocido Caso Negreira, solicitando que se incluyan como pruebas judiciales varias declaraciones realizadas por antiguos responsables del FC Barcelona, entre ellos Joan Gaspart, Toni Freixa, Albert Perrín y Alfons Godall.
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Para la institución blanca, estos testimonios contienen información que puede ser determinante en la investigación sobre los pagos efectuados durante años a José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
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La estrategia del club madrileño ya no es tan prudente como en meses anteriores. El equipo legal merengue entiende que esas manifestaciones públicas, ofrecidas en entrevistas y tertulias deportivas, no son simples opiniones, sino indicios clave de una posible “finalidad corruptora” detrás de los desembolsos al exárbitro. De esta manera, el Madrid busca que las autoridades judiciales incorporen estas intervenciones al sumario como elementos de peso.
Entre las voces que han despertado mayor interés está la del expresidente azulgrana, Joan Gaspart. En su momento, aseguró que desconocía los informes arbitrales que habría elaborado Negreira, pero al mismo tiempo afirmó que, de existir, los vería “lógicos” y “no necesariamente ilegales”. Más aún, dejó caer una frase que resuena con fuerza: “un servicio ilegal en el Barça lo sabría seguro el presidente”. Estas contradicciones son vistas por el Madrid como material de apoyo para su acusación.
Otro de los exdirectivos señalados es Toni Freixa, quien fue mucho más directo al declarar que “todas las juntas directivas lo sabían”. Según la perspectiva de los abogados del club blanco, esta afirmación rompe cualquier intento de minimizar la responsabilidad institucional y coloca al Barça en una situación delicada frente a los jueces.
No menos relevantes resultan las palabras de Albert Perrín, quien admitió que en el club se pensaba que “era mejor seguir pagando o nos perjudicarán”. En la misma línea, Alfons Godall apuntó que “en la RFEF se cuecen los árbitros”, insinuando una relación poco transparente entre la federación y el cuerpo arbitral. Estos comentarios, en apariencia informales, cobran ahora un valor procesal que puede complicar la defensa azulgrana.
Este paso del Real Madrid marca un cambio claro en su estrategia dentro del proceso. Aunque desde su personación en la causa había mantenido un perfil más reservado, ahora adopta una posición más agresiva al señalar de forma directa a figuras del entorno culé. El objetivo es demostrar que los pagos al exárbitro no eran por simples informes técnicos, sino que buscaban incidir en las designaciones o actuaciones arbitrales.
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No obstante, el movimiento también encierra riesgos. La defensa del Barcelona podría argumentar que se trata de declaraciones sacadas de contexto, cuestionar la credibilidad de los exdirectivos o incluso alegar que sus palabras carecen de peso legal. En todo caso, corresponderá al juzgado decidir si estas manifestaciones se incorporan al expediente como pruebas válidas.