Hasta ahora, como es habitual y tradicional en los últimos años, la Selección Colombia cumplió con su cosecha de buenos resultados en los partidos amistosos; en esta ocasión, el triunfo ante Japón tuvo como condimento especial el debut del portugués Carlos Queiroz al mando de la ‘Tricolor’.
El duelo, que sirve como preparación con miras a la Copa América del presente año, arrojó más inquietudes que certezas en cuanto al funcionamiento del equipo, aunque se tiene una gran atenuante al ser el primer juego de un nuevo ciclo.
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Luces, sombras y penumbras para Colombia ante Japón
Luces
Camilo Vargas brilló ante la ausencia obligada de David Ospina, transmitió seguridad y evitó que los nipones vulneraran su valla, pese a tener varias ocasiones para conseguirlo.
Falcao García se reportó con su acostumbrado aporte goleador, además de ser el principal referente del equipo en ataque.
Dávinson Sánchez está, cada vez más, imprimiendo su huella en la zaga nacional con las cualidades que lo han puesto en la élite europea.
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Sombras
La primera línea de volantes, conformada por Wilmar Barrios y Jefferson Lerma, utilizada por Queiroz no funcionó, se vio limitada y le quitó a Colombia la posibilidad de tener más control de pelota y mayor circuito colectivo. Quedó la duda de saber cómo se hubiese visto el equipo con Gustavo Cuéllar o Mateus Uribe.
Penumbras
La banda izquierda de Colombia parece ser uno de los grandes problemas que tendrá Colombia en este nuevo proyecto. Hará falta ver el nivel de Cristian Borja, actualmente en el Sporting de Lisboa, para saber si puede potenciar ese sector del campo y presionar a Déiver Machado para que incremente su nivel.
De igual manera, en ataque también hay falencias por ese costado, derivadas de la intermitencia de Luis Fernando Muriel y de la poca actividad que James Rodríguez tiene por dicho flanco, ya que en el Bayern Múnich se habituó a jugar como mediocentro o con el perfil cambiado en la derecha.