El sorteo del Mundial 2026, programado para el 5 de diciembre, tendrá a Colombia pendiente de un bolillero que puede transformarse en oportunidad… o en amenaza. Al ubicarse en el Bombo 2, el equipo de Néstor Lorenzo sabe que enfrentará a un cabeza de serie de máximo nivel y a rivales de los otros bombos que podrían convertir la fase de grupos en un examen de altísima exigencia.
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Para comenzar, las selecciones más temidas del Bombo 1 son España, Francia y Alemania, combinados con jerarquía, velocidad y planteles de élite. Cualquiera de ellos marcaría un arranque trepidante para la escuadra colombiana, pues llegan con un ritmo competitivo superior y con figuras capaces de desequilibrar un partido en segundos.
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En la siguiente línea de posibles contrincantes, Noruega y Egipto aparecen como los adversarios más exigentes del Bombo 3. Los nórdicos, impulsados por el poder ofensivo de Erling Haaland, arriban con un rendimiento notable y una estructura física que complica a cualquier defensa. Los africanos, comandados por Mohamed Salah, presentan un juego vertiginoso y tácticamente ordenado, capaz de inquietar a referentes como Luis Díaz y James Rodríguez.
Para completar un grupo complejo, la opción de cruzarse con una selección del repechaje europeo es alta. Nombres como Italia, Polonia, Turquía o Dinamarca podrían caer en el Bombo 4, lo que elevaría la dificultad del cuadrangular. En especial, la presencia italiana representaría un desafío enorme por su estilo ordenado, su tradición competitiva y su capacidad para resolver partidos cerrados.
Si el azar juega en contra, el peor escenario para Colombia sería un grupo liderado por Francia o España, acompañado por Egipto y rematado con Italia como rival proveniente del repechaje. Un cuadrangular de ese calibre pondría a prueba el carácter del combinado nacional, que aspira a terminar en lo más alto de su zona para afrontar con mejores armas las rondas eliminatorias.
En conclusión, aunque existen opciones accesibles, también hay un camino lleno de obstáculos que podría convertir la fase inicial en un reto mayúsculo. Colombia espera que las balotas sean favorables, pero si no lo son, tendrá que demostrar que está lista para competir al más alto nivel.