La Selección Colombia se prepara para un nuevo ciclo de cambios profundos. Bajo la dirección de Néstor Lorenzo, el combinado nacional afronta una etapa de renovación que promete remover estructuras históricas.
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Según versiones cercanas al cuerpo técnico, el estratega argentino estaría planeando una barrida significativa en la próxima convocatoria, y uno de los grandes damnificados sería nada menos que David Ospina, el portero más emblemático del país en la última década.
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Durante más de diez años, Ospina ha sido sinónimo de seguridad bajo los tres palos del conjunto nacional. Su liderazgo, experiencia y reflejos lo convirtieron en un símbolo de confianza, especialmente en Eliminatorias y Copas del Mundo.
Sin embargo, a sus 37 años, el guardameta antioqueño podría quedar fuera de los amistosos programados para noviembre. Esta decisión, más allá de lo deportivo, representaría el inicio de una nueva era en la tricolor, una apuesta por la renovación que Lorenzo viene construyendo desde su llegada.
Todo apunta a que la idea pasar por probar a otros arqueros y probar alternativas que no han tenido tantas oportunidades. En ese sentido, el estratega no contemplaría la presencia de Ospina para los duelos frente a Nueva Zelanda y Australia, previstos para el 15 y 18 de noviembre. El objetivo principal sería evaluar a nuevos protagonistas que puedan garantizar continuidad de cara a la Copa Mundial de 2026.
Entre los nombres que podrían asumir ese rol suenan figuras jóvenes como Kevin Mier y Álvaro Montero, quienes han mostrado crecimiento en sus clubes y comienzan a ganarse un lugar en la élite del fútbol colombiano. Incluso algunos porteros del campeonato local, como Andrés Mosquera Marmolejo, estarían bajo observación del cuerpo técnico, lo que reafirma la intención de abrir el abanico de opciones en el arco nacional.
Su plan se centra en construir un equipo equilibrado, capaz de mantener el nivel de experiencia sin cerrar las puertas a las nuevas generaciones. En este contexto, la salida temporal de figuras históricas puede interpretarse como una medida preventiva antes que definitiva.
Muchos consideran que prescindir de Ospina sería arriesgado, dado su peso en el vestuario y su liderazgo en los momentos de presión. No obstante, otros creen que es el paso necesario para dar continuidad al proceso de evolución que demanda el fútbol moderno. Lorenzo, firme en su convicción, parece decidido a dejar huella con decisiones valientes, aunque sean impopulares.
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La Selección Colombia entra en un proceso de transformación. Con la mirada puesta en el futuro, Néstor Lorenzo intenta sentar las bases de un grupo competitivo, ambicioso y dispuesto a escribir una nueva página en la historia del balompié nacional. Lo que antes era rutina, ahora se convierte en oportunidad; y en ese cambio puede estar el secreto del próximo gran salto de la Tricolor.