Bayern Múnich volvió a encender un debate sobre la expulsión de Luis Díaz en la Champions League y el accionar de la UEFA. El club alemán atraviesa días de incomodidad luego de no recibir todavía una respuesta a la apelación presentada por la sanción impuesta al colombiano, tars el castigo que contempla tres jornadas sin poder actuar en la actual edición por la falta sobre Hakimi en el partido ante PSG.
Desde otro ángulo, el retraso en la contestación ha provocado un ambiente de incertidumbre en la interna bávara. La dirigencia esperaba que la confederación respondiera en cuestión de días, especialmente porque el colombiano ya cumplió la primera fecha de suspensión. Sin embargo, la ausencia de noticias ha generado molestia debido a la proximidad de los duelos restantes en la fase de grupos.
El club recuerda que la acción disciplinaria se originó en el encuentro ante el PSG, donde el atacante brilló con un doblete antes de ver la tarjeta roja directa por una entrada fuerte sobre Hakimi. La jugada fue revisada por el VAR y determinó un castigo severo que, según la institución, no se corresponde con la intención del jugador ni con el desarrollo del partido previo al incidente.
La posición oficial del Bayern se ha mantenido firme desde el primer momento. En palabras del consejero ejecutivo Jan-Christian Dreesen, la sanción resultó más dura de lo esperado: “Pensábamos que solo sería un partido; tres nos tomó por sorpresa”. La dirección deportiva solicitó inmediatamente la argumentación detallada del fallo con el propósito de sustentar de forma sólida el recurso interpuesto ante la organización europea.
En otro frente, la cúpula del equipo bávaro cree que la medida es desproporcionada. Max Eberl, responsable de la planificación deportiva, ha insistido en que, aunque la infracción fue clara, no hubo agresión deliberada ni un comportamiento que justificara un castigo tan prolongado. Para el Bayern, la acción fue producto de una disputa intensa por el balón, sin intención de lesionar al rival ni generar un perjuicio deportivo adicional.
Por otra parte, la ausencia del colombiano ya ha tenido repercusiones. El duelo contra el Arsenal, correspondiente a la fecha posterior al partido frente al PSG, se disputó sin el extremo, lo que limitó las alternativas ofensivas del conjunto dirigido por Vincent Kompany. Los próximos compromisos ante Sporting CP y Union Saint-Gilloise podrían correr la misma suerte si la UEFA no emite una resolución en los días venideros.
En este contexto, la presión sobre la organización europea aumenta con el paso de las horas. El Bayern considera que la falta de comunicación se convierte en un elemento que afecta directamente la planificación deportiva, ya que el cuerpo técnico no puede establecer estrategias definitivas sin conocer si contará o no con uno de sus futbolistas determinantes. El club, además, recalca que la incertidumbre repercute en el estado anímico tanto del jugador como del resto del plantel.
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Mirando hacia adelante, la institución alemana espera que la situación se resuelva a la mayor brevedad. El calendario en Champions no concede margen de maniobra y cada encuentro representa puntos vitales para asegurar la clasificación a la siguiente instancia. La ausencia de Díaz, un jugador que recientemente ha sido elogiado por su “creatividad caótica”, supone un desafío que el Bayern preferiría evitar en la recta final de la fase de grupos.
Finalmente, el caso se ha transformado en un tema que rebasa lo deportivo. La entidad muniquesa insiste en que busca únicamente justicia deportiva y claridad en los procesos disciplinarios. Mientras la UEFA guarda silencio, el Bayern solo puede esperar una decisión que marcará el rumbo inmediato del equipo y el rol de uno de sus futbolistas más influyentes.