Atlético Huila se alista para uno de los movimientos más significativos de su historia reciente: abandonar Neiva en 2026. La decisión, que ya genera debate entre los aficionados, responde a los reiterados problemas de infraestructura del Estadio Guillermo Plazas Alcid, un escenario que desde hace años presenta fallas estructurales, obras inconclusas y una incapacidad persistente para cumplir con los requisitos mínimos exigidos por la Dimayor.
Desde comienzos de 2024 se venía advirtiendo la necesidad de realizar ajustes profundos en el máximo escenario deportivo de los neivanos. Sin embargo, pese a múltiples reuniones entre la dirigencia del club y la administración municipal, no se logró concretar un acuerdo que garantizara las obras necesarias para que el equipo auriverde pudiera mantenerse en su ciudad.
Los acercamientos no prosperaron y el plazo para proyectar una solución se agotó. Ante ese panorama, el conjunto opita tomó una determinación radical: buscar una nueva sede para disputar el Torneo Betplay 2026.
La primera opción que surgió en la mesa fue el municipio de Yumbo, en el departamento del Valle del Cauca, una localidad que en los últimos años ha invertido en infraestructura deportiva y que ve en el fútbol profesional una oportunidad para dinamizar su economía.
Aunque aún falta la aprobación formal de la Dimayor, el escenario yumbeño cumple con los requerimientos iniciales y se perfila como el nuevo hogar del Atlético Huila para la próxima temporada. De concretarse la decisión, el equipo se mudaría a territorio vallecaucano con la mirada puesta en un solo objetivo: regresar cuanto antes a la Primera División.
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El cambio de sede no es un asunto menor. El club, que ha sido parte fundamental de la identidad deportiva de Neiva durante tres décadas, enfrenta ahora una ruptura emocional con una ciudad que acompañó sus mejores y peores momentos.
Desde su aparición en el fútbol profesional colombiano hace 30 años, el elenco auriverde ha sido el referente deportivo del Huila, pero el deterioro del Guillermo Plazas Alcid —agravado desde el fallido proyecto de remodelación en 2015— terminó por pasar factura. Con un estadio técnicamente inutilizable y sin acuerdos financieros para su recuperación, la salida parecía inevitable.
La movida también está influenciada por el proyecto deportivo y empresarial del Grupo Del Valle, nuevo accionista mayoritario desde 2024. La llegada de este conglomerado implicó una modernización administrativa y una apuesta más ambiciosa por devolver al equipo a la élite del balompié nacional.
Para el grupo inversionista, jugar en un escenario adecuado, con garantías logísticas y posibilidades de atraer mayor apoyo comercial, es clave para construir un proyecto competitivo. En ese sentido, Yumbo representa estabilidad y una base operativa más sólida.
Si la Dimayor da luz verde, el Atlético Huila afrontará en 2026 su campaña fuera de Neiva, dejando a la capital huilense sin fútbol profesional después de tres décadas. Será un cambio profundo en la geografía del torneo, pero también una oportunidad para que el club reinicie su camino, lejos de los problemas que marcaron su última etapa en casa. El desafío está planteado: una nueva ciudad, una nueva afición por conquistar y el sueño intacto de volver a la A.

