La final de la Liga Betplay podría traer un efecto dominó inesperado para tres de los clubes más grandes del país. La posible coronación del Junior de Barranquilla frente al Deportes Tolima no solo significaría el décimo título para el conjunto barranquillero, sino que además provocaría un escenario complejo para Atlético Nacional, América de Cali y Millonarios en el ámbito internacional para el año 2026.
La razón es sencilla, pero de alto impacto competitivo. En caso de que el equipo dirigido por Alfredo Arias se quede con el campeonato, obtendría el cupo directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026. Esa clasificación abriría un cupo adicional en la Copa Sudamericana, obligando a que Atlético Nacional, que no tendría acceso a la Libertadores, deba participar en el sorteo de la fase previa del torneo continental de segundo orden.
Ese sorteo, sin embargo, tiene un detalle que inquieta a la afición de los clubes tradicionales: allí estarán también América, Millonarios y Atlético Bucaramanga, completando un grupo de cuatro equipos que deberán disputarse solamente dos cupos a la fase de grupos de la Sudamericana. La mecánica es clara: se sortearán dos llaves, cada una de partidos de ida y vuelta, y los ganadores avanzarán a la instancia principal.
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Ahora bien, el verdadero nudo del asunto radica en la probabilidad matemática y deportiva. Con cuatro equipos en el bolillero y la obligación de armar dos emparejamientos, existe un 66% de posibilidades de que dos de los tres grandes del fútbol colombiano tengan que enfrentarse entre sí en esta ronda preliminar. Es decir, Nacional, América y Millonarios no solo ven comprometido su camino internacional, sino que además podrían eliminarse mutuamente antes siquiera de alcanzar la fase de grupos.
Las posibles llaves entre los gigantes del país reflejan la magnitud del riesgo competitivo. El sorteo podría plantear emparejamientos como Nacional vs. América, un duelo con aroma a campeonato y con una historia cargada de finales y rivalidades; Nacional vs. Millonarios, uno de los clásicos más intensos del fútbol colombiano; o América vs. Millonarios, una serie que siempre despierta expectativas por el peso mediático y deportivo de ambas instituciones. Cualquiera de estos cruces, que normalmente serían propios de una instancia avanzada, tendría lugar en una fase previa que no permite errores.
El único equipo que reduciría la presión mediática del sorteo sería Atlético Bucaramanga, cuya presencia podría suavizar uno de los enfrentamientos; sin embargo, incluso con el club santandereano en el bombo, la probabilidad de un duelo entre gigantes continúa siendo alta.
En definitiva, el título del Junior no solo se celebraría en Barranquilla: también movería las piezas del tablero continental para 2026. Lo que para unos sería gloria, para otros podría convertirse en el primer obstáculo serio del próximo año futbolístico. Y todo dependerá de un sorteo que, desde ya, tiene en vilo a los tres clubes más emblemáticos del país.

