La llegada de Milton Casco al fútbol colombiano no es un movimiento que significa un golpe sobre la mesa de Atlético Nacional para la temporada 2026. El lateral argentino, con una trayectoria consolidada en el alto nivel sudamericano, eligió a los verdes por razones que van más allá de lo económico.
Tras más de una década defendiendo los colores de River Plate, el defensor puso punto final a una etapa gloriosa en el fútbol argentino. Campeón en múltiples oportunidades y referente de vestuario durante los años dorados del ciclo de Marcelo Gallardo, Casco entendió que era el momento adecuado para asumir un nuevo reto.
A los 37 años, lejos de buscar un retiro cómodo, optó por una experiencia internacional que le permitiera seguir compitiendo y aportando desde su liderazgo.
Según se reveló en medios argentinos, la razón principal por la que el futbolista se inclinó por el conjunto antioqueño fue la seriedad en las negociaciones. Personas cercanas al jugador señalaron que “fue el primer club que se acercó con una propuesta concreta y cumplió su palabra”, un detalle que terminó siendo decisivo.
Ese gesto no pasó desapercibido para un profesional acostumbrado a contextos de alta exigencia. Casco valoró que desde el primer contacto se le hablara con franqueza sobre su rol, los objetivos deportivos y el lugar que ocuparía dentro del grupo. “Le dieron seguridad y le hicieron sentir que todavía es importante en la cancha”, explicaron desde su entorno, subrayando la confianza que le transmitieron los directivos del equipo paisa.
Desde lo deportivo, la incorporación representa una apuesta estratégica. El lateral no solo puede desempeñarse por la banda izquierda, sino que también tiene la capacidad de adaptarse a distintos esquemas tácticos, algo que aprendió en años de competencia internacional.
Su lectura de juego, orden defensivo y criterio para salir con el balón lo convierten en una pieza valiosa para un plantel que mezcla juventud con nombres de recorrido.
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Además de su aporte dentro del campo, el ex River llega con la misión de potenciar el vestuario. Su presencia será clave para acompañar a los futbolistas más jóvenes, especialmente en partidos de alta presión, donde la experiencia suele marcar diferencias.
No es casualidad que haya levantado más de una decena de títulos a lo largo de su carrera; su ADN competitivo es uno de los activos que más valoran en Medellín.
El desafío no será menor. El equipo antioqueño apunta a recuperar protagonismo tanto en el ámbito local como en el plano internacional, y la llegada del argentino encaja con esa ambición. La directiva entiende que para volver a pelear cosas importantes se necesita jerarquía, pero también compromiso con el proyecto.
A la espera de los últimos trámites administrativos y la revisión médica, el arribo de Casco genera expectativa entre los aficionados. No se trata solo de un nombre reconocido, sino de un futbolista que eligió este destino convencido de que aún tiene mucho por aportar.
Nacional se prepara para recibir a un jugador que dejó huella en uno de los clubes más grandes del continente y que ahora busca escribir un nuevo capítulo en su carrera. Si logra trasladar su experiencia y carácter al día a día del equipo, su elección podría convertirse en uno de los movimientos más acertados del próximo año.

